Saqué boleto de regreso al ayer, mismo error, otra vez en el tren que va ocupado.
Nadie se va a bajar para que yo suba, y no quiero ser yo quien tire de la cuerda.
Mordiendo el polvo, en vías la ilusión; no cobran peaje a este corazón inválido.
El tren se lo lleva, cada vez más lejos. Y en cualquier momento, el recorrido termina con un "Hasta acá llegamos". Y el corazón inválido no va a poder seguir adelante. No sin el tren.
Y el tren se va, se va y no vuelve. Y el corazón se queda ahí, ahí donde lo dejó.